Cócteles Malevo

Ritual Malevo

"Hay bebidas para saciar la sed. Y hay bebidas para un momento. Malevo es un ritual. No se trata solo de tomar, sino de transformar lo común en algo inolvidable."

1. preparación

Malevo se disfruta mejor frío. Muy frío. Guardalo en el freezer y servilo en un vaso corto con hielo sólido. El brillo dorado de su caramelo y las microperlas en suspensión comienzan a hacer su trabajo: llamar la atención.

2. degustación

Dale un momento. Observá cómo la textura espesa acaricia el vidrio. Llevá el vaso a la nariz: notas de caramelo tostado y vainilla flotan en el aire. En boca, la entrada es suave, aterciopelada. Dulce sin empalagar, elegante sin esfuerzo.

Tomalo en pequeños sorbos, dejándolo desplegar su intensidad de a poco. El retrogusto es cálido, persistente. Cierra con el eco de la vainilla y el caramelo, dejando en la memoria lo que acaba de pasar.

3. maridaje

Para un toque salado: frutos secos tostados, almendras, nueces caramelizadas o un buen queso curado.

Para los que prefieren lo dulce: chocolate amargo o turrón crocante.

Para quienes lo llevan más lejos: una bocha de helado de vainilla con Malevo por encima.

4. momento

Solo o acompañado, Malevo exige su tiempo. Es la bebida del disfrute sin apuro.

Si estás solo, acompañalo con buena música y una luz tenue. Hacelo parte de un cierre de jornada, un regalo para vos mismo.

Si estás con amigos, que el ritual se comparta: servirlo en shots y que cada uno disfrute su medida.